
Hira, de 17 años, que es el último de la clase, trata de permanecer invisible en la escuela, sin querer abrir la boca y exponer su tartamudeo a sus compañeros de clase. Él ve el mundo a través de la lente de su cámara, indiferente hasta que un día, Kiyoi Sou entra por la puerta del salón de clases. El impacto es instantáneo. Hira se encuentra atraído por la gravedad de Kiyoi, siguiéndolo a todas partes y atendiendo todas sus necesidades. La popularidad le llega fácilmente al hermoso Kiyoi, quien siempre está rodeado de sus compañeros de clase. Utiliza su estatus para conseguir lo que quiere, dando órdenes al chico que lo mira con sus grandes ojos y parece adorarlo como a un dios. Hira se contenta con existir simplemente dentro de la órbita de Kiyoi, sin pedir nada a cambio...